La Universidad de Stanford colabora con los distritos escolares locales para fomentar la salud mental y el bienestar

El colaborativo de Salud Mental de Stanford y los Distritos Escolares Redwood City y Sequoia Union se estableció en el año 2020 como una asociación de investigación y práctica para apoyar a los Distritos Escolares Redwood City y Sequoia Union a entender y manejar las necesidades críticas de salud mental que tienen miles de jóvenes de la zona y sus familias.

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El COVID-19 complicó el desarrollo de la nueva colaboración entre la Universidad de Stanford y los distritos escolares locales para apoyar la salud mental y el bienestar de los estudiantes y sus familias – pero la pandemia también ayudó a que se revelara por qué un proyecto de esta naturaleza es tan crucial.

El colaborativo de Salud Mental de Stanford y los Distritos Escolares Redwood City y Sequoia Union se estableció en el año 2020 como una asociación de investigación y práctica para apoyar a los Distritos Escolares Redwood City y Sequoia Union a entender y manejar las necesidades críticas de salud mental que tienen miles de jóvenes de la zona y sus familias. (Image credit: Farrin Abbott)

En octubre del año 2020, se estableció el colaborativo de Salud Mental de Stanford y los Distritos Escolares Redwood City y Sequoia Union con el propósito de asistir al Distrito Escolar de Redwood City (RCSD de acuerdo con las siglas en inglés) y al Distrito de la Preparatoria Sequoia Union (SUHSD) a desarrollar habilidades para entender y manejar las necesidades fundamentales de salud mental de miles de estudiantes de la zona y sus familias.

En el colaborativo, el Centro John W. Gardner para Jóvenes y sus Comunidades de la Facultad de Posgrado de Educación de la Universidad de Stanford y el Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford comparten sus conocimientos acerca de cómo reforzar un sistema de apoyo a varios niveles, incluyendo cómo los distritos pueden utilizar estadísticas para informar y mejorar el bienestar de los estudiantes y trabajadores. Aparte de los docentes principales y del personal, el equipo del proyecto incluye tres asistentes de investigación de posgrado y dos post-docs de psiquiatría infantil y adolecente.

A medida que la presencia de la Universidad de Stanford en Redwood City ha aumentado, se ha buscado el modo de involucrarse con la comunidad local de una manera más profunda, especialmente elaborando más las colaboraciones existentes entre las escuelas de Redwood City y la Facultad de Posgrado de Educación. Las recientes instalaciones de la Universidad de Stanford han impulsado una mayor cooperación con el colaborativo, al atraer a más miembros de la comunidad universitaria hacia la ciudad, incluyendo el Campus de Stanford Redwood City, los edificios de la Facultad de Medicina de Stanford y la reciente incorporación de los Apartamentos Cardinal.

Isabelle Stid, una estudiante de último año en la preparatoria Menlo-Atherton, ha sido testigo de como algunos de sus compañeros han sido afectados por problemas tales como ansiedad, desórdenes alimenticios, adicción y la presión de ser los primeros en sus familias en ir a la universidad o ser admitidos en universidades de alto renombre.

Durante la pandemia, los estudiantes atravesaron también mucho trauma y luto por aquellos que perdieron la vida a causa del COVID-19, aislamiento, aumento de ansiedad, más responsabilidades y mucho más.

“No te puedes enfocar realmente en aprender si no se satisfacen tus necesidades emocionales básicas y no puedes prestar atención en clase de matemática si estás conteniendo tus ganas de llorar”, mencionó Stid. “Los estudiantes absorben la información mejor y están más presentes en sus clases y en sus vidas personales cuando reciben apoyo para su salud mental”.

El colaborativo también espera reducir el estigma que rodea la salud mental. Stid, como miembro estudiantil de la Junta Directiva del Distrito Escolar Sequoia Union, aboga por las necesidades de salud mental de cada estudiante.

“Crear conciencia puede ayudar a que los estudiantes recuerden que no están solos y que lo que están padeciendo no tiene por qué darles vergüenza”, mencionó Stid. “Es muy importante porque fomenta una cultura en la que aceptamos que no cada persona se sentirá completamente bien todo el tiempo y que está bien necesitar ayuda”.

Necesidades complejas en aumento

El colaborativo nació de un año previo a la pandemia en el que Stanford se dedicó a escuchar atentamente y a aprender de las mayores necesidades de los distritos escolares en ese momento. Un desafío particular para las escuelas ha sido cultivar un robusto bienestar y una educación diaria en los salones de clases, y responder efectivamente a los estudiantes en crisis.

“Fue impulsado por una articulación acerca de cuál era la necesidad más compleja”, dijo Kristin Geiser, directora adjunta del Centro Gardner e investigadora asociada principal. “¿Cómo podemos ayudarlos a desarrollar soluciones que no sean reactivas y a construir un sistema de apoyo, que sea tanto eficiente como eficaz, para que los estudiantes que necesitan ayuda no pasen desapercibidos?”

El Centro Gardner ha estado trabajando con la comunidad de Redwood City por más de dos décadas, proveyendo una base de confianza sobre la cual el colaborativo se construyó, mientras se enfocaba en el apoyo inmediato hacia las necesidades expresadas por los distritos, adaptándolas en prioridades estratégicas para el siguiente año académico.

El impacto de la pandemia complicó el trabajo colaborativo, pero también resaltó la gran demanda que existía ya que más estudiantes presentaban necesidades de salud mental más complejas e intensas en el ámbito escolar.

A medida que las conexiones cara a cara se perdían durante el curso de la pandemia, “aquellos que padecían de condiciones de salud mental se volvían más propensos al aislamiento y sus síntomas empeoraban”, comentó el Dr. Shashank Joshi, Profesor de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento.

Algunos estudiantes decidieron acceder a los recursos de apoyo hacia la salud mental brindados por la escuela a través de telehealth, pero esto no era práctico para otros, mencionó. Para algunos era muy difícil encontrar un lugar privado donde recibir sesiones de terapia mientras que otros no querían estar en cámara, lo cual evitaba que los terapeutas pudieran crear conexiones o leyeran el lenguaje corporal.

Además, las necesidades de salud mental del personal escolar aumentaron al enfrentarse a sus propios retos personales, tales como el miedo a estar expuestos al COVID-19 al regresar al campus, presión de la comunidad para regresar a la educación presencial y responsabilidades adicionales con el bienestar de los estudiantes.

Como una “verdadera asociación,” el colaborativo ofrece la perspectiva de la Universidad de Stanford acerca de las adversidades que atraviesan los distritos escolares durante estos tiempos sin precedentes, creando las condiciones necesarias para investigaciones procesables, dijo Geiser.

“Si nos acercáramos los unos a los otros, aprendiendo mutuamente a medida que avanzamos, estaríamos más preparados para navegar estos tiempos”, dijo Geiser. “Este proyecto es un ejemplo de eso mismo”.

Capacitación

El colaborativo mejora la capacidad de los distritos para mantener una rutina e involucrar las necesidades de salud mental y las crisis, proveyendo experiencia clínica y asistencia técnica para complementar los esfuerzos de los distritos para apoyar a los estudiantes.

“Sin el apoyo de la Universidad de Stanford, hubiera sido muy difícil para nosotros llevar esto a cabo puesto que no somos profesionales en el ámbito de la salud mental”, dijo John Baker, el Superintendente del Distrito Escolar de Redwood City. “Lo que está ocurriendo es fenomenal”.

Para muchas personas es muy complicado obtener ayuda fuera del campus, particularmente para los grupos más jóvenes, explicó Geiser. Ofrecer servicios de salud mental en el campus aumenta la posibilidad de que las personas que necesitan apoyo lo puedan recibir más pronto, lo cual conduciría a mejores resultados.

Cada escuela tiene consejeros y la Universidad de Stanford ha proporcionado un sitio escolar con un médico clínico suplementario. La Universidad de Stanford también asiste con información comunitaria explicando por qué los consejeros están en las escuelas y de los servicios que estos ofrecen.

Los distritos ya han invertido en algunas iniciativas curriculares de aprendizaje social y emocional gracias a las cuales los estudiantes ya se están beneficiando. La Universidad de Stanford funciona como una compañera de reflexión apoyando los esfuerzos de los distritos para expandir y reforzar sus iniciativas curriculares de aprendizaje social y emocional.

Los médicos comparten habilidades para afrontar las presiones que ayudan a que los estudiantes conlleven problemas tales como ansiedad, mencionó Baker. Por ejemplo, cuando los estudiantes de primaria experimentan emociones desafiantes, les dan una caja con objetos como juguetes y crayones que les permiten procesar y trabajar a través de sus emociones antes de que se reintegren a la clase.

Shana Karashima, coordinadora del sistema de apoyo de niveles múltiples para el Distrito de la Preparatoria Sequoia Union, mencionó que el colaborativo también ha ayudado a que su distrito aprenda a utilizar estadísticas para determinar cómo se accede a los servicios de salud mental, qué tan efectivos son, qué tan seguido los estudiantes necesitan apoyo adicional, y más.

“Básicamente, el punto es conseguir acceso más fácil a servicios de salud mental, ofertas robustas a un nivel más temprano, y acceso para todos los estudiantes para que no tengan que ser dirigidos hacia algún otro lugar” comentó Karashima. “Esta asociación nos ayudará a tener una imagen clara de nuestras necesidades”.

Entre otros esfuerzos, el colaborativo ha ofrecido información y apoyo clínico a los docentes y al personal de SUHSD acerca de cómo reabrir las escuelas de manera segura, inició un grupo juvenil enfocado en la salud mental, y condujo un diagnóstico inicial para evaluar la capacidad de RCSD para apoyar la salud mental. Los miembros del equipo están en contacto con los empleados del distrito semanalmente, usualmente adaptando su flujo de trabajo para apoyar las necesidades cambiantes.

Pasos hacia el futuro

Joshi, del Centro para la Salud Mental y el Bienestar Juvenil de Stanford, mencionó que el liderazgo del distrito ha sido muy afable y abierto a sugerencias, “permitiendo que se realice un muy buen trabajo y que dicho trabajo continúe y sea sostenible en el futuro”.

Los distritos también han instalado diferentes plataformas de audio para que todos los padres, estudiantes, maestros y personal comprendan los problemas principales de la salud mental, mencionó Joshi.

“Nosotros pensamos que sabemos cómo algunos de los problemas funcionan, pero realmente estamos aprendiendo e investigando constantemente con la comunidad” dijo Joshi. “Haciendo esto, podemos continuar trabajando juntos para fomentar las condiciones que aseguren que los estudiantes estén lo suficientemente saludables para aprender y que los maestros estén lo suficientemente saludables para enseñar”.

Si necesitas ayuda …

Si usted es un estudiante, familiar o parte del personal de los Distritos Escolares de Redwood City o Sequoia Union, contacte a la oficina de administración de su distrito para aprender más acerca de los recursos disponibles. También, puede contactar a la Directora de Asociaciones y Escuelas Comunitarias de RCSD Michelle Griffith a mgriffith@rcsdk8.net, y a la Coordinadora del Sistema de Apoyo de Niveles Múltiples para el Distrito de la Preparatoria Sequoia Union Shana Karashima a skarashima@seq.org.

Si usted o alguien que conoce está experimentando una crisis de salud mental, mande el mensaje HOME al número 741741 para acceder a Crisis Text Line (Línea de mensajes de texto en momentos de crisis); llame al número (650) 579-0350 para acceder a StarVista – Crisis Line (Línea de crisis – StarVista); o contacte a National Suicide Prevention Lifeline (Línea Nacional de Prevención de Suicidios) al número 1 (800) 273-8255, con ayuda disponible en inglés y español. Llame al número 1 (800) 799-7233 para acceder a National Domestic Violence Hotline (Línea Directa Nacional de Violencia Doméstica)”.

Para más información acerca del colaborativo, contacte a Kristin Geiser al correo electrónico kgeiser@stanford.edu.